mércores, 9 de setembro de 2015

Poetas que habitan na Quinta

  

 Hipócrita como tus ideas
Transitas este mundo
Alardeando de sufrir
Cuando en verdad te gusta herir
Con tu mente de piedra
Inerte como tu corazón
Vacío de querer
Traficas con mil almas rotas
Y así
Sola
Te quedarás sola
Como el lobo que siempre acelera
Escapando de la luna
Que le desampara cada noche
Me mienten tus palabras
No tus ojos
Como las nuevas que te di,
La confianza que te ofrecí
Consumida por las sombras
Agotada por los días
Ese espejismo que un día fuiste
De a quien tanto amaba
Desalmada y frustrada
Te quemarás en tu encierro
Arderás en el infierno
En el infierno que te será
El no merecer tanto querer
En cenizas quedarás reducida
Al igual que tus abrazos
Al igual que tus besos
Ya no sobrarán las horas
Ya no vale el perdón
No habrá redención
En esta ciudad bañada en el pecado
En la que soy yo el dios
Y la infeliz eres tú
Brillarán mis truenos

Marcos Pérez


A los que habitan la existencia

A todos vosotros;
los portadores de miradas
claras y oscuras,
a los hambrientos,
a los sedientos
y a los que habitan la abundancia.
A planetas y estrellas,
a poetas
y otros locos,
a políticos
y ladrones honrados...
A los exiliados del universo.

A todos vosotros
a todos;
ateos,
cristianos, ciegos, perros, gatos, padres, madres, profesores, moléculas, mancos, peces, ingenieros, bastardos, hijos, putas...
bastardos hijos de puta,
a todos vosotros.
¡A todos!

Los que conviven con el mar,
con la tierra o el aire,
a ermitaños y gordas.

A todas las piezas del mosaico de la vida.

A los cereales,
a rinocerontes,
ratas
e incluso humanos.

A las aves...

A todas las criaturas pequeñas y diminutas en la existencia;
no os dejéis engañar
por el espacio que
ocupáis
en el abismo,
una mente microscópica puede
albergar
un sueño tan inmenso...
tan inmenso como …
Como la vida!!
Por eso
saboread este efímero regalo en el bufet del cosmos,
y sabed
que son las cosas pequeñas
las que definen
el curso de lo eterno
Sed fieles a vosotros mismos.

No os traicionéis.


Saboread el aire en cada suspiro
correr más allá de la meta
destruir mil castillos de arena
y luego volver a construirlos,
hacerle el amor a la guerra
hacérselo al sexo
hacerle el amor a ella
o a él,
¡Pero por Dios!
¡¡¡Hacer el amor!!!
Hacerlo hasta olvidar el mañana
sorprenderos al recordar vuestra identidad.
Ensuciaros de barro,
semen, sangre o lágrimas...
Pero ensuciaros de vida!
Porque es lo único cierto
y
lo único realmente nuestro...

El día que yo me muera lo último que quiero ver es...
Todo.
A todos vosotros,
cumpliendo vuestras promesas,
yendo más allá del intento,
rompiendo las reglas,
volando sin polvos de hadas,
hallando lo crucial
en
mil nadas,
pero sobre todo,
siendo felices.
Habitad todos los néctares de una flor que jamás perecerá.
Pues..
A la vuelta de la esquina...
Tal vez,
sólo tal vez
no os sigan los sentidos.

Todos
en el fondo sabemos que el verbo ser es imperativo,
Por eso sed,
sed lo
que sois,
a pesar de lo que son otros,
sed,
sencillamente sed
vosotros mismos
hasta que el último sorbo
de aire abandone
vuestro cuerpo viejo y cansado.
Y os evadiréis de la vida
como lo que sois,
SERES LIBRES.
Orgullosos de cada sonrisa,
orgasmo
y canción escuchada,
de cada segundo de vuestros recuerdos,
de cada te quiero que le brindasteis a la vida,
y por fin...

Simplemente.
Ocurrirá algo del calibre de las estrellas,
algo que os hará brillar en el cielo
eternamente libres
y digno de vosotros,
habréis conseguido... VIVIR.

Pero es sólo un consejo,
y un secreto también fue,
vosotros escogéis el valor de vuestro tiempo aquí,
vosotros escogéis...
El valor de vuestras vidas.
David 

Marcos e David, Inquedos corazóns ao son da esperanza, grazas por compartir con nós os vosos poemas.

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