Mis alegrías comienzan cuando despierto. Cogen fuerza aunque haga frío o calor, tormentas o incluso huracanes, porque siempre te tendré en mi corazón. Gracias a ti estoy aquí, sujeto al mundo real, porque sin ti, yo no podría estar.
Mis penas florecen en la noche, cuando tú no estás; cuando tu sombra se une a la oscuridad y me deja vacío. Cuando mis pensamientos se desvanecen sin cesar, cuando ya no siento lo mismo por ti, porque sin ti, yo no podría estar.
Álex Domínguez Rocha, 1º ESO
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