Primero sentí odio al ver el fuego por lo que él mismo suponía, la destrucción
de esa vida que tarda milenios en resurgir, años en nacer, unos segundos… en
morir.
Mi
segundo sentimiento fue dolor por esas vidas insalvables que ni siquiera serían
lloradas, esas vidas criadas en balde. Y dolor porque suponía la muerte del ser
humano ya que, si matas vidas, únicamente te matas a ti mismo.
Mi
tercer sentimiento fue la desolación en su estado más puro ya que no podía
hacer nada, solo detenerme y esperar a
que terminara y llorar por los caídos. Este sentimiento me hizo ver que hay que
cuidar las cosas porque, cuando se van, no vuelven.
Mi
cuarto sentimiento fue ira porque me di cuenta de que fue una persona la que
creo tal destrucción, me di cuenta de que éramos una gran plaga que debía ser
exterminada para el bien de este planeta y de muchos otros porque ahí donde el
hombre toca lo destruye y lo deja desértico
a su paso.
Mi
quinto y último sentimiento fue la esperanza de un gran resurgir que, aunque
tarde cientos de años, volverá a renacer como lo hace el ave fénix con sus
cenizas.
Todos
estos sentimientos que están grabados a fuego en mi alma están encadenados
eternamente a mis recuerdos, por tanto
estos sentimientos son perpetuos y cualquier persona debería tenerlos si no, no
debería ser considerado una persona.
Álex de 2º B
Na primeira parte do proxecto "E agromará outro bosque" convidamos aos rapaces a que nos describan os seus sentimentos ante o sucedido. Este é o resultado.
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