Fotografía de Vanessa Vaquero |
Mientras el sol deslumbra el atardecer del Rosal, el
reflejo del Tamuxe revela en las curvas de una montaña un cielo sereno, posando
en él unas blancas nubes. Los árboles transmiten tranquilidad en la plateada
agua y con sutiles pinceladas de luminosidad hacen que el Tamuxe sea
el espejo de su propia belleza. Y así, el día, preparado para vestirse de negro,
esperaba a la luna vestida de blanco.
Vanessa Vaquero, 4º B ESO
Fotografía de David Castro |
Poema
pétreo, bañado por una marea de colores que provienen del sol, metido en una
funda acuática y tapado por un manto de verdor reluciente de los verdes campos,
que como hormigas se ven a lo lejos.
Iván
González, 4º A ESO
El paso de los años le ha dado majestuosidad y protagonismo porque sigue presidiendo las aguas del río Tamuxe a pesar de compartir espacio con el nuevo puente. A sus pies, el embarcadero que resguarda las barcas que esperan surcar las aguas del Miño. Y al fondo, el parque que acoge a los niños y mayores rosaleiros y a los turistas que visitan estas tierras.
David Castro, 4º B ESO
Ningún comentario:
Publicar un comentario